Cómo reparar hornos de microondas con WEKA: una herramienta de nueva generación

Los multímetros, los cautines, los osciloscopios, los desarmadores y demás herramientas que un técnico en electrónica o un ingeniero precisan en su lugar de trabajo, siguen siendo medios necesarios para la consecución de los fines para los que fueron concebidos; pero como yo lo veo, esas herramientas convencionales distan mucho de ser suficientes. Solo asómese a YouTube y vea lo que un profesional en esta esfera de actividad es capaz de hacer, y comprenderá mejor lo que quiero decir: la competencia es feroz.

Herramientas y máquinas de la nueva y próxima generación

Quien esté deseando sobresalir de entre todo ese mar de competitividad, no le va a alcanzar con un taller desprovisto de herramientas de nueva generación. En el contexto de esta publicación, una herramienta de nueva generación es una herramienta inteligente que nos ayuda a localizar la falla en un equipo y recomienda los componentes que hay que reemplazar, así como las acciones correctivas que deben efectuarse para que el equipo vuelva a funcionar.

Ya en ensayos anteriores expliqué cómo es que una máquina aprende a reparar equipos electrónicos y cómo puede usted aprovechar esa inteligencia artificial para montar un taller que lo distinga de toda esa miríada de competidores que mencioné con anterioridad. Porque si usted hace un excelente trabajo en menos tiempo y a un menor costo, tenga la seguridad de que ello redundará en un mayor número de recomendaciones de boca en boca.

A diferencia de las herramientas convencionales, la herramienta que en breve estaré describiendo está dotada de inteligencia artificial, pues como expliqué en un artículo anterior, posee un historial de reparaciones que le permite aprender de los expertos, partiendo del consenso de sus opiniones (para una explicación detallada de este mecanismo, véase: Aprendizaje de máquina para legos: la inteligencia artificial explicada con “manzanitas», también de mi autoría).

Pronto comenzaremos a ver máquinas inteligentes que reparan otras, y quizás en un futuro cercano, máquinas que se reparan así mismas. Y no estoy hablando de ciencia ficción. Si hoy en día su servidor ya pudo implementar una herramienta para reparar hornos de microondas con WEKA, no veo por qué no, los electrodomésticos de la próxima generación ya vengan equipados con mecanismos tolerantes a fallas, que les permitan recuperarse después de una descompostura, sin la intervención de un técnico calificado. Independientemente del costo que implique su fabricación y lo factible que pueda llegar a ser su demanda, los aparatos de la próxima generación van a contribuir de manera significativa a mejorar nuestro medio ambiente (el consumidor promedio ha sido aleccionado para usar y desechar todo lo que compra). Pero bueno, haciendo a un lado las ventajas ecológicas y todos los demás beneficios y polémicas que pudiera suscitar el empleo de semejantes piezas de ingeniería, hoy por hoy ya podemos echar mano de programas de computadora para transformar una PC o una laptop, en una herramienta inteligente que ayuda a reparar equipos electrónicos de todo tipo.

De la misma manera en que convertí una laptop en una herramienta que ayuda a reparar hornos de microondas, estoy desarrollando ya herramientas que ayudan a reparar televisiones, DVDs, refrigeradores, ventiladores, etc. ¿Que cómo lo estoy haciendo? en seguida se lo explico.

Aprendiendo a fabricar herramientas inteligentes con WEKA

WEKA es un programa de cómputo (software) que la Universidad de Waikato desarrolló para que personas como usted y como yo pudiéramos analizar e interpretar datos, sin conocer a fondo los algoritmos matemáticos que emplea la minería de datos. WEKA es el acrónimo de Waikato Environment for Knowledge Analysis, que significa “Entorno de la Universidad de Waikato para el Análisis del Conocimiento”, y es un software libre distribuido bajo la licencia GNU-GPL.

En lo que sigue, voy a ejemplificar cómo usé WEKA para construir la primera de una serie de herramientas inteligentes que le facilitarán mucho el trabajo, tanto si usted ya es un profesional técnico calificado, somo si no lo es. Si ya lo es, puede usted solicitar una membresía de 4 horas para que en ese tiempo aprenda a instalar y a utilizar WEKA. Una vez con ese conocimiento, usted ya podrá construir la herramienta que quiera, o bien extender su membresía a una de 12 horas para que pueda comenzar a reparar hornos de microondas de inmediato con WEKAProMic.

WEKAProMic: Herramienta inteligente para reparar hornos de microondas con WEKA

En la imagen adjunta presento la pantalla que WEKA desplegó inmediatamente después de haberle pedido que abriera el historial de reparaciones cuyo formato especifiqué en mi ensayo anterior. El diagrama de barras que aparece en esta misma captura de pantalla proporciona un informe del número de casos que en cada reparación, correspondió a una marca de horno de microondas en particular (pulse sobre la imagen para agrandarla). Así por ejemplo, vemos que del total de reparaciones efectuadas, se registraron 10 casos en los que la marca del horno resultó ser General Electric, otros 8 en los que fue Amana y así sucesivamente para los demás casos. Asimismo, al seleccionar la localización de la falla en el recuadro de atributos, notamos que en el 22% de los casos, las fallas se producen en el circuito de alta tensión (pulse sobre la imagen de la derecha). Antes de reparar mi primer horno de microondas, yo no tenía idea de qué tan importante podía ser ese dato, mientras averiguaba porqué ese horno hacía tanto ruido y no calentaba.

Después de analizar el caso más a fondo, decidí desconectar el primario del transformador principal y medir el voltaje que le estaba llegando desde la tarjeta de control (relevadores, capacitores, transistores y muchas otras cosas más), y fue así como mi multímetro registró alrededor de 120 volts de C.A. Ese hecho fue lo que me dio la pauta para determinar con mayor certeza, el lugar de la falla. Viéndolo en retrospectiva y regresando al histograma de la captura de pantalla inmediata anterior, es evidente que WEKA hubiera resultado de gran ayuda si en ese entonces alguien me lo hubiera presentado.

No obstante, es claro que esas estadísticas no nos van a servir de mucho a la hora de identificar con precisión, los componentes y las acciones correctivas que debemos realizar para consumar la reparación. Es por ello que apelé a las técnicas de la minería de datos para implementar WEKAProMic: el sistema de aprendizaje de máquina cuyo modelo conceptual propuse en Aprendizaje de máquina para legos: la inteligencia artificial explicada con “manzanitas”.

Si no ha leído ese ensayo, le recomiendo que lo haga antes de seguir leyendo, pues a menos que conozca los fundamentos de dichas técnicas, podría tener problemas para comprender el apartado que sigue.

Agrupando el historial de reparaciones para descubrir tendencias y similitudes con WEKAProMic

Se le llama clasificación (clustering) al procedimiento que emplea WEKA y otros programas de minería de datos para dividir una base de conocimientos en grupos con atributos afines. En nuestro caso particular, la base de conocimientos está representada por el historial de reparaciones en hornos de microondas. La estrategia a seguir entonces es realizar varios experimentos hasta que la máquina descubra, a través de un algoritmo de clasificación, el grupo en el que mejor encaja el caso del horno de microondas que se ha de reparar.

En la imagen adjunta muestro el resultado del primer experimento, en el que le solicité a WEKA dividir el historial en 10 grupos. Como se ve, el caso del horno que hacía ruido y no calentaba quedó clasificado en el grupo (cluster) No. 1; pero aunque la máquina intuyó que la falla podía estar en el circuito de alto voltaje y que el reemplazo de componente(s) debía ser la primera acción correctiva a efectuar, ésta no fue capaz de especificar cuáles debían ser esos componentes (pulse sobre la captura de pantalla para agrandarla). Tuve que llevar a cabo 7 experimentos en total para descubrir cuáles podrían ser los componentes a reemplazar en este caso. La imagen de la derecha ilustra cómo en el sexto experimento la herramienta encontró similitudes muy marcadas entre las tendencias de cada uno de los atributos del grupo 10 y las características del caso por resolver, razón de sobra para clasificarlo en ese grupo. Note cómo la mayoría de los atributos entre ambas columnas de datos se parecen, y cómo aquellos que al principio no eran conocidos (nombre del atributo=Missing), los infiere la máquina a partir de esas similitudes.

A pesar de que en esta ocasión el historial se dividió en 16 grupos, WEKAProMic tampoco pudo determinar los componentes a reemplazar. Como consecuencia de lo anterior, tuve que realizar un experimento más (recuerde que para ver los detalles es necesario pulsar sobre cada imagen).

Y fue en el séptimo experimento en donde finalmente conseguí que la herramienta me mostrara el componente que a su juicio debía ser reemplazado. Como se infiere de la imagen adjunta, éste resultó ser ni más ni menos que el magnetrón. Y aunque a simple vista uno pensaría que este experimento es el mismo que el anterior, en este último el número de grupos en los que dividí el historial fue de 20, en contraste con los 16 del anterior. Asimismo, note que el grupo 10 de este experimento consta de 7 casos, a diferencia de los 9 que se juntaron cuando ensayé con 16 grupos.

Con esa información, un técnico, un ingeniero o incluso una persona sin muchos conocimientos en electrónica, podría reparar un horno de microondas más fácilmente, que alguien que no contara con una herramienta como WEKAProMic.

Sin embargo, no hay que olvidar que para que un caso se convierta en uno de éxito, el responsable de la reparación debe conocer las medidas de seguridad que debe observar para no sufrir un accidente, así como aprender a probar componentes y saber cómo medir variables eléctricas. En el siguiente ensayo explicaré cómo se debe descargar el capacitor que todo horno de microondas trae consigo, en su circuito de alta tensión.

© Sergio López González. 4 de septiembre de 2020


 

Herramienta inteligente para reparar equipos electrónicos fácilmente

Hoy más que nunca, el modelo tradicional de educación técnica profesional está colapsando, y no solo como resultado de lo que se ha dado en llamar la «nueva anormalidad». A raíz de los estragos que ha causado la pandemia del coronavirus, el desempleo se ha convertido en otra amenaza viral, metafóricamente hablando, y en un entorno tan hostil como éste, se complica mucho transmitir el conocimiento en la modalidad presencial, en el tiempo que se requiere y en el formato educativo acostumbrado.

Educar a la vieja usanza implica querer resolver los problemas de hoy con las herramientas de ayer. Y no es que las herramientas de ayer se hayan vuelto obsoletas, es que no son suficientes. Como veremos a continuación, para acelerar el aprendizaje de un oficio que debe desempeñarse con maestría, requerimos de herramientas más inteligentes.

El caso concreto de la reparación de fallas en equipos electrónicos y electrodomésticos

En el caso específico del ramo de la electrónica, estimo que el aspirante a técnico profesional desearía estar cobrando por sus reparaciones, incluso antes de convertirse en un experto. Con el nuevo paradigma de enseñanza que aquí propongo, eso es completamente posible. En principio, nadie querría dejar la reparación de su computadora, su horno de  microondas o su televisor, en manos de un aprendiz, y si usted les preguntara a Robert Greene [1] y a Malcom Gladwell [2] lo que esperan de un experto, seguramente le responderán que nadie puede llegar a dominar una determinada esfera de actividad, sin haberse consagrado a ella durante al menos 10,000 horas. Aunque estoy de acuerdo con ambos, es menester puntualizar aquí la diferencia que puede haber en los medios y las herramientas a las que podemos recurrir para cumplir con ese requisito de tiempo. Asimismo, lo que voy a plantear en breve repercute también en lo que mucha gente podría argumentar, a propósito de que si uno no tiene talento para algo, ni con 20,000 horas de arduo esfuerzo podría alcanzar el éxito.

Para Greene, el cabal dominio de un esfera de actividad es un proceso que se desenvuelve en 3 fases o niveles sucesivos: el de aprendizaje, el de la fase creativa-activa y la maestría propiamente dicha, en la que nuestro grado de conocimiento, experiencia y concentración llega a ser tan profundo, que es así como podemos tener una perspectiva completa de lo que hacemos. Aunque él no lo dice explícitamente, a juzgar por la cantidad de líneas que dedica en su libro a la fase de aprendizaje, calculo que más del 50% del proceso le corresponde a este nivel.

Así las cosas, si usted consigue reducir el número de horas que debe dedicarle al aprendizaje, echando mano de una herramienta inteligente que le diga dónde está la falla del equipo que está intentando reparar, qué acciones correctivas debe realizar y qué componentes tiene que reemplazar para solucionar el problema, creo que no va a necesitar de 10,000 horas para que sus clientes y amigos comiencen a llamarle «maestro».

Herramienta inteligente para la localización de fallas y la reparación de equipos

La herramienta inteligente que en un artículo posterior estaré describiendo con lujo de detalle, no es otra cosa que una computadora personal o una laptop provista de un programa de minería de datos y una base de conocimientos. Esta combinación de elementos de cómputo conforman un sistema de aprendizaje de máquina, en la que cualquier técnico o ingeniero se puede apoyar para localizar y reparar fallas en equipos electrónicos.

Evidentemente, usted va a tener que aprender también a probar el estado de los componentes y a tomar las medidas de seguridad pertinentes, a fin de que pueda manipularlos sin correr ningún riesgo. Mi labor como instructor consiste en proporcionarle la asesoría necesaria durante el proceso al que hace referencia Greene (ob. cit), con miras a que aprenda cómo realizar ambas tareas.

Una vez que cuente con ese conocimiento y el sistema de aprendizaje automático (de máquina) para la localización y la reparación de fallas, estará listo para trabajar. En un lenguaje sin tecnicismos, en artículos posteriores explicaré los fundamentos del aprendizaje de máquina, qué precauciones se deben tomar para no sufrir un accidente de trabajo durante una reparación, y cómo se puede aplicar este nuevo paradigma de educación, a la hora de reparar un horno de microondas.

El nuevo modelo de enseñanza

El objetivo del sistema de aprendizaje de máquina es hacer de usted un profesional técnico totalmente autónomo, en muy poco tiempo. Mi labor terminará cuando usted sienta que ha alcanzado el nivel de maestría, no en el sentido académico del término, sino en el que Greene le da al dominio de un oficio. Lo que un aspirante a técnico en electrónica va a encontrar aquí, no tiene nada que ver con lo que un programa de educación técnica convencional le puede ofrecer.

Mi programa de entrenamiento en línea consiste de un servicio de asesoría técnica aplicada a una serie de problemas concretos a resolver a través de Skype, Zoom, Messenger o en su defecto WhatsApp. Cada sesión constituye un taller, en el que el aprendiz termina reparando un equipo ya sea de su propiedad o de un cliente, en un formato que le permite cobrar de inmediato por el conocimiento adquirido.

En este orden de ideas, usted estará en posibilidad de comenzar a ganar dinero por cada reparación que efectúe, mientras su servidor y una máquina inteligente le enseñamos cómo hacerlo (know how). Si bien al principio todo eso redundará en un gasto por la capacitación proporcionada, poco a poco usted adquirirá confianza y experiencia en estos menesteres, hasta que definitivamente ya no me necesite. En el peor de los escenarios, sus clientes estarán financiando su capacitación sin tener conocimiento de ello. En el mejor de los casos, además de estar solventando los gastos de su capacitación, su taller podría estar generando ganancias.

Valiéndose del sistema de aprendizaje automático, al igual que la máquina, usted estará aprendiendo en cada reparación: cuáles son los síntomas típicos de cada equipo; qué componentes hay que reemplazar en cada caso; cómo se puede saber si éstos están en buenas condiciones y qué acciones correctivas debe uno realizar para completar la reparación.

Como habrá advertido, en este nuevo paradigma educativo, no existe un temario predefinido, pues los temas a abordar dependerán de los problemas que se deban resolver y de los equipos que se tengan que reparar. Desde esta óptica, la educación se realiza sobre demanda, desde el domicilio del aprendiz y en los horarios que mejor convengan a éste, previa cita concertada con el que suscribe. De acuerdo con esto, cada vez que usted enfrente una nueva experiencia, la máquina fungirá como un mentor, y el conocimiento acumulado en el historial de reparaciones que yo le estaré obsequiando en la compra de una membresía de 12 horas de instrucción, la estará usted ampliando y enriqueciendo cada vez que encuentre un nuevo reto y lleve a cabo la correspondiente reparación.

© Sergio López González. 28 de agosto de 2020


REFERENCIAS

[1] Greene Robert. Maestría. Editorial Océano.
[2] Gladwell Malcom. Fueras de Serie. Por qué unas personas tienen éxito y otras no. Punto de Lectura, 2008.